¿Sabías que la fatiga visual y los dolores de espalda son ocasionados frecuentemente por los hábitos de trabajo que tenés?
Por eso, tan solo realizar pequeños ajustes en estos hábitos y en el mobiliario de trabajo puede ayudar a que te sintás más cómodo durante un largo día de trabajo y más enérgico al finalizar.
Así como en las empresas es importante que los gerentes y directivos tomen en cuenta la ergonomía y la comodidad, recordá que es también importante, especialmente ahora, tener un buen mobiliario de trabajo en casa, desde el espacio, las entradas de luz y por su puesto hasta el escritorio y la silla que usás durante el Home Office.
En este artículo, queremos ayudarte a reducir el riesgo de lesiones y mejorar el rendimiento, independientemente donde estés trabajando siguiendo una serie de consejos prácticos y sobre todo ergonómicos.
1. Entorno ajustado
Comenzá con una buena silla: sin duda es necesario apegarse a los productos de asiento ergonómico; actualmente existe la oportunidad de elegir modelos flexibles que admitan una variedad de posturas permitiendo cambiar entre diferentes tareas según lo necesités; es el caso de Generation by Knoll® o JOYCEIS3 by Interstuhl
Usá la pantalla de forma correcta: unos de los principales inconvenientes es la fatiga visual y una de las soluciones es colocar la pantalla a una distancia mínima de entre 51 cm y 76 cm de la cara, más o menos la distancia de un brazo. Disminuí la tensión en el cuello con la pantalla centrada frente a vos y a la altura de los ojos y, en última instancia, invertir en un brazo de monitor que haga los ajustes mencionados con más facilidad.
La luz es muy importante: si necesitás evitar reflejos en la pantalla, lo podés hacer colocando la luz a un lado del monitor en lugar de atrás o delante de este y, en general una luz ajustable te ayudará a utilizar la iluminación correcta en cada proyecto y minimizar el deslumbramiento, reduciendo la fatiga visual y dolores de cabeza.
Un lugar limpio: trabajando en casa o en una oficina compartida, limpiar las superficies y las herramientas con toallitas desinfectantes, reduce el riesgo de transmisión de gérmenes.
2. Trabajo activo y pausas necesarias
Movimiento: seguí moviéndote durante el día, a la hora del almuerzo hacé un paseo corto, usá más las escaleras y regresá a llenar tu taza de café; esos pequeños cambios te ayudarán a mantenerte activo.
La postura es clave: cambiá de posición durante el día en tu escritorio, sentado o parado con un mobiliario ajustable como Tone™ Height de Knoll o usá un taburete activo como UPis1 de Interstuhl para aliviar presión, sea cual sea tu preferencia estar de pie ocasionalmente durante la jornada laboral es bueno para tu salud.
Los ojos necesitan descanso: tratá básicamente, de ejercitar tus ojos; recordá parpadear más, ya que las personas que leen en una pantalla parpadean sólo siete veces.
3. En conexión con la naturaleza
Un poco de sol: así como en un día de playa, la luz del sol mejora el estado de ánimo; encontrá una entrada de luz natural y si no es posible, al menos caminá durante el día al aire libre para estar expuesto a la luz del día y la naturaleza.
Espacio verde: para mejorar la vista, la calidad del aire y reducir el ruido de fondo, incorporá plantas en tu espacio de trabajo y experimentá una sensación de bienestar en un día de mucho trabajo.
La vista afuera: numerosos estudios sugieren que las vistas o las imágenes de la naturaleza mejoran la memoria y el enfoque; es ideal trabajar cerca de una ventana, con vista al exterior y nuevamente, si esto no es posible, los muebles de fibra de madera y los colores naturales te podrán ayudar a aumentar la productividad y la creatividad.
Contá con nosotros para hacer de tu espacio de trabajo o el de tus colaboradores el lugar más cómodo y ergonómico; juntos hacemos equipos más productivos y oficinas saludables para todos.